Un cuento de hadas
Hubo una vez una niña llamada Lucía, que tenia un secreto
guardado. El secreto era un deseo y ese deseo era conocer a las hadas.Su abuela
le contaba mucho de ellas y a Lucía se le hacía padrísimo y las quería conocer.
Un día la niña le dijo a su mamá que si podía ir de vacaciones a un lugar cerca
del bosque, pero su mamá le dijo que no porque ya había planes de ir al mar.
Lucía le suplicó a su mamá durante días y semanas hasta convencerla. Cuando su
mamá por fin le dijo que sí, la niña se puso tan feliz que lo primero que hizo
fue hablarle por teléfono a su abuela, a quien de cariño le decía Pita, y le
contó que iba a ir de vacaciones a un lugar cerquita del bosque. Su abuela le dijo que debía tener
mucha fe para que las hadas del bosque se dejaran ver y además, nunca revelar
el secreto. Lucía, entusiasmada, le recordó a la abuela que si no fuera por
ella, no tuviera fe en las hadas.
Lucía se puso muy feliz y les empezó a contar cómo anhelaban
el día de poder conocerlas.
Después, las hadas
la invitaron a su ciudad; Hadilandia, Lucía con el corazón lleno de alegría
aceptó. Cuando iban en camino, la niña les pidió que si podía quedarse un
tiempo en la ciudad para conocerla mejor. A las hadas les gusto la idea y así
Lucía pudo llegar a la ciudad y se sorprendió, pues Hadilandia estaba llena de
hadas, gnomos, duendecitos. Ahí se divirtió mucho: se subió a muchos juegos
mágicos. Uno de los más padres era en el cual podía volar y Lucía se subió
varias veces para ver la ciudad desde el cielo.
Cuando iban de vuelta con sus padres a la tienda de campaña,
las hadas le dijeron que ella venia de una familia de hadas y que cuando
estuviera más grande podría llegar a ser un hada. También le revelaron que ella
tenía un zapato especial y que al ponérselo, conducía a la ciudad de las hadas
y de esa forma podía visitarlas todos las noches. Así fue, durante dos años,
Lucía iba a visitar a sus amigas las hadas cada noche.
Día a día ella, la niña conocía cada rincón de Hadilandia y
una nueva sorpresa era descubierta. A veces se desesperaba porque el día se
convirtiera en noche, por eso sus amigas de la escuela sentían que algo pasaba
y además, Lucía ya no iba a sus casas a jugar. Cuando la niña cumplió los 12
años se fue a estudiar con su abuela. Al llegar, su abuela Pita le dijo que le
tenia que decir un secreto y la niña le contestó que confiara en ella. Su
abuela le contó cómo había visto una hada por primera vez a los 10 años de edad
y las hadas le revelaron que al cumplir 12 años y si no dejaba de confiar en
ellas se convertiría en una hada. cosa que sucedió y todas las noches tomó
forma de hada. Con ternura le dijo la abuela: " Cómo tú no dejaste de
confiar en ellas te cumplo ese deseo, Lucía. Aquella noche, una de las hadas
que te llevó a la ciudad mágica era yo".
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